Luego de una evaluación integral que te ayudará a entender las necesidades reales de aire comprimido que tiene tu operación, ha llegado el momento de elegir cuáles son los equipos que pueden atender esas necesidades, de la manera más eficaz y óptima posible. Revisemos con más detalle los puntos que debemos considerar para poder seleccionar de manera adecuada los equipos en nuestra sala de compresores.
La oferta actual de compresores de aire en el mercado es enorme. Diferentes tamaños, marcas y tecnologías que atienden a una multitud de aplicaciones e industrias, el proceso de selección termina siendo un poco agobiante si es que no se tiene a la mano la asesoría o información correcta. Desde Atlas Copco, te damos algunas pautas importantes a considerar para la selección adecuada de equipos.
¿Qué tamaño debe tener mi próximo compresor de aire?
Para poder elegir el compresor correcto para tu instalación, lo primero es determinar su tamaño: a mayor tamaño, más energía -que, recordemos, es el principal consumo que tiene un compresor de aire. No queremos un compresor muy grande, que consuma más de lo que necesitamos y malgaste energía; tampoco uno muy pequeño, que no llegue a atender todas nuestras aplicaciones.
Para dimensionar correctamente su compresor es necesario saber la presión de aire y el caudal o flujo de aire. Revisemos más a profundidad estos términos que vimos en el paso anterior:
- La presión – medida en psi – se refiere a la cantidad de fuerza que se necesita para cierta cantidad de trabajo en algún momento dado; esto es, con que fuerza debe salir el aire comprimido para echar a andar un proceso o para una aplicación específica. Una presión incorrecta no podrá realizar bien el trabajo, y junto a esto, malgastará energía al momento de hacerlo.
- El caudal o flujo de aire debe ser medido en cfm, l/s o m3/h; y se refiere a la capacidad del compresor para seguir realizando una tarea en un plazo de tiempo determinado - el tamaño del flujo se ve determinado por la cantidad de tiempo específico que necesitamos para realizar la tarea.
El tamaño del compresor estará determinado por la cantidad de flujo de aire que necesitamos a una presión específica para garantizar que nuestros procesos funcionen de manera correcta. Un compresor bien dimensionado evitará que produzcas aire en exceso, lo cual se traduce en una menor cuenta de electricidad.
¿Qué tipo de tecnología es la que más le conviene a mi operación?
Pongamos un ejemplo. En una operación minera existen procesos que necesitan un alto caudal de aire comprimido, de manera constante y a una presión determinada. Si bien uno o varios compresores de tornillo podrían atender esta necesidad, la solución aún más eficiente se encuentra con la tecnología centrífuga, desarrollada especialmente para la atención de altos flujos de aire. En ese sentido, el trabajo de 2 o 3 compresores, lo haría uno solo.
Si no estás seguro de que tipo de tecnología elegir, procura consultar con un especialista para conocer cuál es la que brindaría más beneficios a tu operación en el corto, mediano y largo plazo.
Además del tipo de tecnología propia del compresor, hay dos preguntas más que debes hacerte antes de la elección final de tu compresor:
- ¿Necesito un compresor libre de aceite? Esto dependerá de tu aplicación. Aquellas industrias y aplicaciones en donde el producto final entra en contacto con el usuario, y que debe evitar a toda costa el riesgo de contaminación, entonces la respuesta es un si definitivo. Los compresores libres de aceite han sido diseñados pensando justamente en estas aplicaciones sensibles. ¿Tienes alguna de estas en tu operación?
- ¿Mi flujo de aire es muy variable? Si en el transcurso de las horas del día tus aplicaciones tienen una demanda variable de aire, es bueno pensar en un compresor que tenga tecnología de accionamiento de velocidad variable o VSD. En donde un compresor regular tiene solo dos estados de “encendido” o “apagado” con un consumo total o nulo de energía; un compresor VSD regula el consumo de energía en función del consumo de aire que tenga. Esto incrementa la eficiencia del equipo y reduce el consumo de energía en al menos un 35% dependiendo de la generación de VSD que elija.
Tratamiento de aire comprimido: asegurando la calidad de tu aire
En el paso anterior hablamos acerca de la importancia de la calidad del aire y la relación que esta tiene con sus aplicaciones. Para alcanzar una determinada calidad de aire, a menos que tenga un compresor libre de aceite, es necesario contar con equipos de tratamiento de aire comprimido, los cuáles son básicamente dos:
- Filtros de aire: los cuáles “atrapan” los contaminantes que pudiesen estar en el aire comprimido recién generado. El tipo de contaminante de su sistema determinará cuál es el filtro adecuado para su prevención.
- Secadores de aire: muchas aplicaciones o procesos necesitan de un nivel de “sequedad” en el aire para evitar el crecimiento de bacterias o humedad. Un secador hace exactamente eso, regular el nivel de “sequedad” que tendrá el aire comprimido. Según tu aplicación, también deberás elegir el tipo de tecnología de secador que necesitas.
Estos pasos básicos te ayudarán a realizar la correcta selección de equipos de aire comprimido de acuerdo con las necesidades identificadas para tu operación. Existen también otros elementos que podrías necesitar, dependiendo del rubro industrial en el que te encuentres – por ejemplo, si estás en minería u alimentos y bebidas, quizás necesites generadores de nitrógeno y oxígeno para aplicaciones muy específicas. Nuestros especialistas en Atlas Copco también pueden asesorarte en la elección de estos equipos.
Hemos finalizado con la selección de equipos que deberá tener tu sala de compresores para atender las necesidades de tu operación. En el último paso de OPTIMIZACIÓN, veremos sugerencias complementarias que te ayudarán a potenciar aún más tu sala de compresores.
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