Llegó el momento de pensar en comprar un nuevo compresor. Puede ser que tu operación está creciendo y necesitas más aire; o quizás estás empezando un nuevo negocio y la sala de compresores es clave para que todo empiece a andar. Antes de comenzar a ver los modelos de compresores disponibles en el mercado, es importante primero hacerte las siguientes preguntas que te ayudarán a conocer más de cerca las necesidades reales de tu operación. Determinarlas a conciencia es el primer paso para poder maximizar tu aire.
¿Cuáles son mis necesidades reales de aire comprimido?
La necesidad de aire comprimido es de acuerdo con cada consumidor de aire. Por ejemplo, una persona operando en un taller mecánico no tendrá las mismas necesidades que aquella que trabaja en una fábrica de telas. Tus necesidades de aire la puedes obtener sumando el consumo total de aire de todas las herramientas, máquinas y procesos que estarán asociados a ese compresor (aplicaciones de aire). A esto también es importante añadir las fluctuaciones de aire que existen en mi operación (es decir, cuantas horas al día en promedio andará mi compresor) y si siempre será la misma demanda de aire.
¿Cuál es la presión y flujo de trabajo necesaria?
La segunda pregunta importante es la presión y flujo de trabajo, la cual depende tanto del compresor como del diseño del sistema en general, incluidas las tuberías, secadores, filtros, entre otros. Los diferentes equipos que serán alimentados con aire comprimido requieren de distintas presiones y flujos de trabajo. Evaluar las necesidades de cada uno de ellos, te ayudará a determinar cuáles son las que requiere tu operación y sus aplicaciones.
¿Qué calidad de aire necesitan mis aplicaciones?
Una vez determinados los dos puntos anteriores, es importante saber cuál es la calidad final que debe de tener tu aire comprimido. Esto está muy asociado al tipo de aplicación y proceso que tienes. Por ejemplo, la calidad de aire que necesita una empresa que produce alimentos y bebidas es muy diferente a la que necesita una que realiza procesos de metalmecánica; por otro lado, la calidad de aire necesaria para herramientas neumáticas es también diferente a la que se utilizará en procesos de transporte neumático.
Es importante mencionar que contar con una adecuada calidad de aire es esencial para asegurar la calidad final de nuestros productos, en particular si entran en contacto directo con el consumidor final.
¿Cuál es la condición de trabajo que tendrá el compresor?
Supongamos que estás en un sitio remoto, trabajando en altura, con condiciones extremas de frío y calor. El compresor que opera en un lugar así no es el mismo que trabaja en un sitio al nivel del mar expuesto a la humedad; o que trabaja en una sala cerrada en una operación industrial. Conocer de antemano cuáles son las condiciones de operación del compresor -en la sala actual o en una potencial expansión- es también importante para poder elegir el tipo de tecnología y equipo que necesitamos. Por supuesto, existen también una cierta cantidad de condiciones mínimas que debe tener una sala de compresores para operar óptimamente, estas las revisaremos más adelante como parte de nuestras recomendaciones finales.
Pero… ¿qué pasa si ya tengo una instalación de aire comprimido operando?
En este caso, la evaluación de necesidades también es muy válida. Pensemos que tienes una instalación ya andando hace varios años y quieres saber si está cumpliendo con todos los requerimientos que actualmente tiene tu operación. Para estas situaciones, desde Atlas Copco recomendamos siempre empezar con una auditoría de consumo energético, que en una primera etapa te permitirá saber si tus equipos están siendo eficientes, y qué oportunidades de ahorro energético hay presentes en tu sala de compresores.
Consulta con nuestros especialistas de Atlas Copco para ayudarte con la evaluación integral de tu sala de compresores. Nuestra herramienta AIRCHITECT, especialmente diseñada para este fin, te brindará un reporte gratuito personalizado con recomendaciones para mejorar la eficiencia en tus compresores de aire.
Con una respuesta clara a las preguntas que nos hicimos en esta primera etapa de EVALUACIÓN, hemos obtenido información valiosa que nos permite dar el siguiente paso en nuestro proceso de maximización de la operatividad y eficiencia energética: la SELECCIÓN de los equipos y tecnologías.
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