Las soplantes de aire centrífugas exentas de aceite ZB VSD permiten a Weser-Metall ahorrar hasta 600000 euros al año
La planta de reciclaje de plomo de Weser-Metall GmbH en Nordenham, Alemania, es diferente. No solo su unidad de control de aire comprimido utiliza un caudal volumétrico como variable de referencia (en lugar de la presión), también destaca por su eficiencia energética, con un ahorro de hasta 600000 € en coste energético.
Weser-Metall se especializa en el reciclaje del plomo, en particular del procedente de las baterías desechadas y pasta de baterías. La planta adquirió seis nuevos compresores centrífugos exentos de aceite (de accionamiento de velocidad variable) ZB VSD de Atlas Copco, de flujo controlado, en un rango de 1500 a 10000 Nm3 (metros cúbicos estándar) por hora, con hasta 1,95 bar de exceso de presión de trabajo. "Nuestros requisitos son totalmente diferentes", explica Timo Tesch, jefe de diseño/ingeniería de procesos/operaciones auxiliares de Weser-Metall. La lanza sumergida en el horno en la escoria líquida experimenta una fluctuación de la contrapresión en el extremo de la lanza. Para mantener el proceso metalúrgico bajo control, es absolutamente necesario que podamos suministrar un caudal volumétrico constante en todo momento. Además, las condiciones de funcionamiento varían muy rápidamente, por lo que es necesario intervenir con rapidez y llevar a cabo un reajuste".
Las nueva instalación de aire comprimido es tan flexible, potente y fácil de utilizar, que han alcanzado nuestras altas demandas. Por lo que sé, esta clase de instalación es única en el mundo. Ahorramos entre 500000 y 600000 € en costes energéticos al año gracias a nuestra nueva estación de aire comprimido.
Aire a baja presión las 24 horas
Las turbosoplantes proporcionan aire las 24 horas del día, junto con gas natural y oxígeno, a través de una lanza sumergida en masa fundida, para mantener el proceso metalúrgico del horno de fundición por inmersión. De forma paralela, el aire de postcombustión se introduce en el horno a través del baño fundido para asegurar que los componentes reactivos, como el gas no quemado, no terminan en el escape. Cuando la fábrica de plomo de Nordenham cambió el proceso de fundición en horno de cuba alimentado con carbón al horno de fundición por inmersión alimentado con gas natural, más respetuoso con el medio ambiente, en 1996, se instaló un turbocompresor de dos etapas (0,82 bar en la primera etapa y 2,8 bar en la segunda) para el aire de proceso y de postcombustión, pero siempre se tuvo la sensación de que podría ser más eficiente.
Capacidad única para regular el caudal volumétrico
En última instancia, el aumento en los costes de energía y una mejor tecnología de compresor propiciaron la compra de las nuevas soplantes de aire centrífugas ZB con accionamiento directo VSD de Atlas Copco. El problema de Weser-Metall, sin embargo, era la falta de referencias para ese tipo de aplicaciones. Aunque se utilizaban turbosoplantes ZB en el tratamiento de aguas residuales, siempre eran controladas por presión y no por caudal.