La importancia de conocer la calidad de su aire comprimido y cómo testearlo

El aire comprimido se considera 'La Cuarta Utilidad' porque es vital para la creación de muchos productos que usamos hoy. Este se crea a partir del aire atmosférico, el cual tiene múltiples sustancias que pueden interferir con el producto o dañar al consumidor. En países con altos niveles de humedad o sequedad como el nuestro, el aire atmosférico puede ser sumamente húmedo y polvoriento dependiendo de la estacionalidad. Si el consumidor final sufriese algún daño a causa de un producto en particular, todo el stock debería retirarse del mercado, ocasionando daños irreparables –a nivel económico y de reputación- del productor.

El aire comprimido no es intrínsecamente limpio y normalmente contiene agua, aceite u otros microorganismos. Por lo tanto, para que los productos finales industriales estén libres de impurezas, es esencial realizar pruebas de aire comprimido. Los métodos de prueba generalmente se clasifican en:

• Pruebas básicas

• Pruebas de laboratorio simples

• Pruebas profesionales

Las pruebas son de suma importancia para cualquier negocio o aplicación que requiera cumplir con ciertos estándares de calidad del aire o que esté produciendo productos sensibles a la calidad. Para garantizar que la calidad del aire llegue hasta el punto final, es necesario realizar una verificación cruzada mediante la medición de la calidad del aire.

La ISO 8573-1: 2010 es una norma reconocida internacionalmente que describe los requisitos de calidad del aire para industrias como la de petróleo y gas, industrial, ambiental, médica, farmacéutica y petroquímica.

Este protocolo de prueba especifica el nivel de impurezas de una muestra de gas presurizado, con partículas, agua o aceite.

La ISO 8573-1: 2010 ayuda a los fabricantes a seleccionar componentes, diseños y medidas para sistemas de aire comprimido. Las clases de calidad van del 0 al 6, siendo la clase 0 la que tiene el menor número de partículas contaminantes por M3 de aire comprimido.

La industria de alimentos y bebidas, en particular, está alineada con el estándar ISO22000: 2018, que es un sistema de gestión de seguridad alimentaria. La ISO combina los elementos centrales de ISO 9001:2015 y HACCP para implementar, monitorear y documentar un sistema FSMS coherente superior al estándar.

Las empresas con un certificado ISO 22000: 2018 se adhieren a los estándares de seguridad alimentaria en toda la cadena de fabricación y suministro.

Con el gráfico anterior, la calidad del aire comprimido puede certificarse ISO 8573-1: 2010 clase 2:4:1, por ejemplo, lo que significa:

• Partículas: máx. 400.000 partículas en el rango de 0,1-0,5 µm, 6.000 partículas de 0,5-1 µm y 100 de 1-5 µm

• Agua: máx 3°C PDP

• Aceite: máx. 0,01 mg/m³ 

La ISO 12500:2007, por otro lado, es el estándar de cómo los fabricantes prueban y califican los filtros de aire comprimido. Esto incluye la prueba de filtros coalescentes para la eliminación de aerosoles de aceite, la capacidad de eliminación de vapor de los filtros de adsorción y los requisitos de prueba para filtros de partículas.

El tratamiento del aire comprimido requiere el uso de dispositivos auxiliares organizado uno tras otro. Los dispositivos deben cumplir con las normas ISO 8573-1: 2010  e ISO 12500.

Cada proceso de tratamiento del aire hace que la presión caiga ligeramente, lo que a veces se denomina "huella" de la instalación. Esta demostración en video muestra cómo se organiza el tratamiento del aire y cómo se pueden minimizar las caídas de presión.

También es recomendable que un equipo profesional realice una auditoría de la calidad del aire de su instalación de aire comprimido.