Hablemos de utilización frente a propiedad
La forma en que concebimos la propiedad está cambiando. Y muchas industrias B2C ya se están adaptando a ello. Entonces, ¿por qué no dar el paso? Sobre todo cuando el uso está sujeto a fluctuaciones cada vez más difíciles de predecir.
Es evidente que ha llegado el momento de encontrar una solución más completa, flexible, rentable y mensurable. Una que le devuelva el control sobre sus operaciones y su capital.
"Se acabó la era de la propiedad. Empieza la era de la utilización."
¿Se pregunta si la utilización es relevante para su negocio?
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El valor real de la propiedad es la utilización
Cada vez son más las empresas que pasan de la "propiedad" a la "utilización". El concepto de utilización abarca muchos factores diferentes, a menudo complejos. Por tanto, la European Rental Association, de carácter independiente, y la Solvay Brussels School of Economics and Management han desarrollado un método objetivo y transparente para calcular el coste total de utilización de un equipo determinado. Los criterios van más allá de los financieros e incluyen factores como los servicios de soporte, la sostenibilidad, la logística y el acceso a personal experto.
¿Está considerando todos los aspectos antes de realizar una inversión en nuevos equipos?
Hay muchos factores que determinan las ventajas respectivas del alquiler y la compra. Para cada organización, los puntos de intersección serán diferentes. Pero, en general, la ecuación gira en torno a tres parámetros principales.
1. Porcentaje de utilización
Si existe la más mínima posibilidad de que el equipo que está pensando en comprar no esté en funcionamiento el 100 % del tiempo, resulta esencial examinar el coste total de uso. Nuestra experiencia ha demostrado que cuando el índice de utilización desciende por debajo del 40 %, la flexibilidad que ofrece el alquiler hace que sea la mejor opción. Permite aumentar la capacidad para reducir los picos de producción recurrentes o en caso de emergencia y reducirla ante bajadas de producción previstas o inesperadas.
2. Coste de utilización
La mayoría de las personas entienden los costes de funcionamiento o de utilización como los costes por reparaciones, mantenimiento, piezas y mano de obra. Pero ¿dónde quedan aspectos como el consumo de electricidad o combustible, el tiempo de instalación o la facilidad de uso? Por no mencionar la cuestión de la fiabilidad y los costes indirectos de los posibles tiempos de parada. Todos estos gastos aumentan a medida que la máquina envejece. Y el posible ahorro de costes que suponen las tecnologías más modernas y eficientes solo puede contabilizarse como una oportunidad perdida.
3. Agilidad de utilización
La flexibilidad en la toma de decisiones es una parte importante de una organización ágil: una organización que puede adaptarse a los cambios del mercado de forma eficiente y eficaz. El alquiler de equipos esenciales suele implicar procedimientos de validación mucho más cortos y con un menor número de interesados. De este modo, se reducen las barreras para la toma de decisiones financieras y se ahorra un tiempo valioso en todo el proceso. Y estamos seguros de que no hace falta recordar que el tiempo es oro.
Por supuesto, el alquiler y la compra no tienen por qué ser mutuamente excluyentes. La combinación de ambos es bastante común y, en muchas circunstancias, recomendable. Si alquila una parte de su capacidad básica o de reserva, mantendrá el máximo control al tiempo que comparte la responsabilidad durante los picos de producción y añade un colchón adicional de fiabilidad a sus operaciones. Todo ello con la tranquilidad adicional de que su parque de maquinaria, el medio con el que crea valor como empresa, está en manos de especialistas de confianza.
