Un fabricante de alimentos reduce los costes mediante la recuperación del calor del compresor
Un fabricante internacional de alimentos se puso en contacto con nosotros para ayudarle a recuperar el calor generado durante el proceso de compresión. Atlas Copco proporcionó una solución y convirtió el calor en energía útil que se puede utilizar en el proceso de producción. En este caso, se puede usar en la sala de calderas del cliente.
El desafío
Como líder del sector, el cliente ha establecido objetivos para reducir las emisiones de carbono de acuerdo con la iniciativa de Objetivos Basados en la Ciencia (SBTi). En su reto de minimizar la huella de carbono reduciendo el consumo de combustible de las calderas, se puso en contacto con Atlas Copco para obtener asistencia.
La solución
El cliente, alentado por el ahorro de la primera unidad de recuperación de energía, fue añadiendo gradualmente más unidades de recuperación de energía para aprovechar al máximo el posible ahorro de la planta.En total, se instalaron cinco unidades de recuperación de energía para los cinco compresores GA160.
La unidad de recuperación de energía más reciente, instalada en 2024, incluía un contador de energía que permitía al cliente controlar el ahorro de energía y la reducción de las emisiones de carbono.
El resultado
Junto con el contador de energía, SMARTLINK supervisa y realiza un seguimiento preciso de la energía y el ahorro de CO2 de la unidad de recuperación de energía instalada más recientemente (consulte la captura de pantalla).
Según los datos de los seis primeros meses de funcionamiento de una unidad de recuperación de energía, el consumo energético se redujo en 208 000 kWh, lo que equivale a una disminución de 42 toneladas de emisiones de CO2 y a un ahorro de costes de aproximadamente 76 000 euros. Esto significa que el periodo de amortización de la unidad de recuperación de energía es inferior a 3 meses.
El cliente cuenta con cinco unidades de recuperación de energía, lo que supone un ahorro de 2 080 000 kWh al año de combustible de caldera, una reducción de las emisiones de CO2 de 420 toneladas al año y un ahorro de costes estimado de 760 000 euros al año.