La protección con nitrógeno en el procesamiento y envasado de alimentos supone un formidable ahorro.
Este gas inerte evita el crecimiento bacteriano, prolonga la vida útil, preserva la frescura y suprime los olores.
Recurrir a productos químicos tóxicos para desinfectar los cereales no es una opción (por razones de salubridad). El almacenamiento con nitrógeno evita todos estos inconvenientes.
Además, también se eliminan los riesgos de explosión y combustión espontánea que siempre están presentes durante la carga y descarga de los alimentos, como cereales, almacenados.
Los insectos, larvas y roedores, por otra parte, se destruyen en cuestión de horas o días, manteniendo intacto el contenido de proteínas de estos alimentos.
Son muchos los beneficios del uso de nitrógeno para el envasado en la industria de los alimentos y bebidas.
El oxígeno residual dentro de un paquete promueve el crecimiento bacteriano y el deterioro del producto.
El uso de nitrógeno, en cambio, minimiza los niveles de oxígeno preservando así la calidad y mejorando significativamente la vida útil: