Si el aire comprimido es una parte esencial de las operaciones cotidianas de su empresa y el tiempo de inactividad le costaría una considerable pérdida de producción, la cuestión de si reparar o sustituir un compresor averiado es especialmente importante para usted.
Pero aunque optar por reparar será obviamente más barato que comprar un nuevo compresor industrial, puede no ser la opción más rentable a largo plazo. Esta guía examina los diversos factores que hay que tener en cuenta antes de tomar una decisión en uno u otro sentido.
El coste es la consideración primordial, tanto inmediato como a largo plazo. Aunque un compresor nuevo puede ser caro, cabe señalar que si se tiene en cuenta el coste de propiedad a lo largo de una vida útil de diez años, el precio de compra real del nuevo compresor sólo representa en torno al 10% del coste total, siendo las facturas de electricidad el mayor gasto con diferencia (en torno al 75%).
Otros factores que influirán en su decisión de reparar o sustituir son la antigüedad del compresor, su eficiencia energética en comparación con modelos más nuevos y su historial de reparaciones y fiabilidad general (es decir, ¿es probable que vuelva a averiarse en un futuro próximo?).
Sin embargo, antes de tomar una decisión en uno u otro sentido, sería una buena idea revisar el sistema, por si la avería se debe a algo que pueda arreglarse fácilmente.
Su compresor puede haberse averiado por cualquier motivo, y no todos ellos son indicativos de daños irreparables:
- La fuente de alimentación: ¿hay algo más en el sistema entre el compresor y la fuente de alimentación que pueda haber provocado el fallo del compresor?
- Niveles de aceite - ¿Cuándo fue la última vez que comprobó y ajustó los niveles de lubricante de su compresor?
- Ruido excesivo - Los ruidos inusuales mientras el compresor está en marcha podrían indicar problemas en los cojinetes, volantes, correas o cárteres.
- Consumo excesivo de aceite - Esto puede indicar anillos de pistón desgastados, ventilación de aire deficiente o restringida o tornillos sueltos, todo lo cual puede corregirse con pequeños ajustes o sustituciones.
- Aire de descarga excesivamente caliente - Esto suele significar un problema en su sistema de refrigeración, que puede necesitar reparación o un aumento de su capacidad.
- Desgaste excesivo de la correa - Suele deberse a que las correas están demasiado apretadas o demasiado sueltas o desalineadas.
- Fusibles que se funden con regularidad - Esto podría deberse a que no son del tamaño adecuado para la carga eléctrica de su compresor. Sustituirlos por otros del tamaño adecuado puede ser suficiente. Si puede identificar el área general de preocupación, esto puede ayudar a un técnico de reparación a encontrar y solucionar el fallo real mucho más rápido, ahorrándole dinero.
Para más ideas sobre cómo reparar su compresor, consulte nuestro Guía de solución de problemas de compresores de aire
Si se enfrenta a la disyuntiva de pagar una reparación cara o comprar una unidad de sustitución aún más cara, aquí tiene algunos de los argumentos a favor de sustituir su compresor en lugar de repararlo:
- Si se ha estropeado una vez, lo más probable es que vuelva a ocurrir.
- Los compresores son cada vez más eficientes desde el punto de vista energético, por lo que el coste de una unidad nueva podría amortizarse pronto en ahorro de electricidad.
- Si su compresor es un modelo antiguo, encontrar piezas para él puede resultar más difícil, lento y caro.
- Es posible que su antiguo compresor sea demasiado pequeño para las necesidades actuales de su empresa, por lo que sustituirlo por una unidad más grande podría ser una oportunidad ideal para preparar su negocio para el futuro.
Por otra parte, reparar su compresor puede ser una solución viable en determinadas circunstancias:
- Si es relativamente nuevo y aún no ha realizado muchas horas de funcionamiento.
- Si aún no ha sido sustituido en gran medida por una tecnología más moderna.
- Si se trata de un modelo para el que se dispone fácilmente de piezas de repuesto.
- Si es fiable en general y la reparación no indica que vaya a haber problemas mayores.
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Aunque las reparaciones pueden parecer rentables a corto plazo, la actualización a un compresor nuevo y energéticamente eficiente puede ofrecer ahorros más significativos a largo plazo.