Diseño de la sala de compresores de aire: cómo alcanzar condiciones de trabajo óptimas
Salas de compresores
La sala de compresores es el lugar donde se encuentra la mayor parte del sistema de aire comprimido. Puede tratarse de una sala concreta diseñada específicamente para el compresor o de un espacio multiuso. En ambos casos, se deben cumplir ciertas condiciones para sacar el máximo partido a su instalación de compresores.
En este artículo te brindaremos las pautas principales para saber cómo crear las condiciones de trabajo óptimas que maximicen la eficiencia de tu compresor y ayuden a prolongar su vida útil.
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Estas son algunas directrices clave que debes de seguir para lograr unas condiciones de trabajo óptimas en tu sala de compresores:
La centralización es la clave: por lo general, se recomienda disponer de una planta central de compresores independiente. Este enfoque centralizado ofrece numerosas ventajas en diversos sectores. No solo mejora la economía operativa, sino que también permite disponer de un sistema de aire comprimido mejor diseñado.
Además, la centralización:
- Mejora el mantenimiento y la facilidad de uso
- Garantiza protección contra el acceso no autorizado
- Garantiza un control adecuado del ruido
- Simplifica la ventilación controlada
Área alternativa: si no hay una zona independiente disponible, puede utilizar el espacio existente de un edificio para la instalación de tu compresor.
Asimismo, deberás tener en cuenta factores adicional, como:
- Requisitos de ventilación del compresor de aire
- Perturbaciones acústicas
- Riesgos físicos
- Riesgos de sobrecalentamiento
- Drenaje de condensación
- Peligros cercanos (p. ej., polvo, sustancias inflamables, etc.)
- Presencia de sustancias agresivas en el aire
- Requisitos de espacio para futuras ampliaciones
- Accesibilidad para el mantenimiento
El aspecto positivo es que la instalación del compresor en un taller o almacén puede facilitar los esfuerzos de recuperación de energía.
Instalación en el exterior: en situaciones en las que no sea posible realizar una instalación en el interior, puede optar por instalar el compresor en el exterior, siempre bajo techo. Se deben tener en cuenta consideraciones específicas; entre ellas se incluyen el riesgo de congelación, la protección contra la lluvia (y la nieve en algunos casos) de las aberturas de admisión de aire, las entradas de aspiración y los mecanismos de ventilación, la necesidad de una base sólida y plana (p. ej., asfalto o losa de hormigón), la posible exposición al polvo y a sustancias inflamables o corrosivas, y las medidas de seguridad para evitar el acceso no autorizado.
La planta de aire comprimido debe instalarse para facilitar el trazado del sistema de distribución en grandes instalaciones con tuberías largas. Se recomienda instalar la planta de aire comprimido cerca de equipos auxiliares como bombas y ventiladores, o incluso muy cerca de la sala de calderas. Esta disposición agiliza las actividades de servicio y mantenimiento.
El edificio elegido deberá contar con un equipo de elevación capaz de manipular los componentes más pesados de la instalación del compresor, normalmente el motor eléctrico. Como alternativa, se puede utilizar una carretilla elevadora para este fin. También, deberás disponer de espacio suficiente en el suelo para la instalación de un compresor adicional para futuras ampliaciones en tu operación. Además, la altura libre debe ser suficiente para poder levantar un motor eléctrico o similar, en caso de que sea necesario.
Se deberá disponer también de un desagüe en el suelo o un sistema similar para controlar la condensación del compresor, el refrigerador posterior, el depósito de aire, los secadores y otros componentes. La instalación del desagüe en el suelo debe realizarse de acuerdo con la legislación municipal vigente.
Por lo general, solo se necesita un suelo plano con suficiente capacidad de peso para montar la planta de compresores. Las características antivibración suelen estar integradas en la planta. Para las instalaciones nuevas, se utiliza un zócalo para cada compresor con el fin de facilitar la limpieza del suelo.
Sin embargo, los grandes compresores centrífugos y de pistón pueden requerir una base con losa de hormigón anclada a la roca o al suelo sobre una base sólida. El impacto de las vibraciones producidas externamente se ha reducido al mínimo en las plantas de compresores completas y avanzadas. En sistemas con compresores centrífugos puede ser necesario amortiguar las vibraciones de los cimientos de la sala de compresores.
Eliminación de los contaminantes
El aire de admisión del compresor debe estar limpio y libre de contaminación sólida y gaseosa. Las partículas de suciedad que causan desgaste y los gases corrosivos pueden ser especialmente perjudiciales. La entrada de aire del compresor se encuentra normalmente en una abertura de la carcasa insonorizada, pero también se puede colocar de forma remota donde el aire sea lo más limpio posible. La contaminación gaseosa procedente de los gases de escape de los vehículos puede ser mortal si se mezcla con el aire que debe inhalarse. Se debe utilizar un prefiltro (filtro ciclónico, de panel o de banda giratoria) en instalaciones en las que el aire circundante tenga una alta concentración de polvo. En estos casos, la caída de presión causada por el prefiltro debe tenerse en cuenta durante el diseño.
Control de la temperatura del aire de admisión:
También es útil que el aire de admisión sea frío. Por lo tanto, puede ser conveniente dirigir este aire a través de una tubería independiente desde el exterior del edificio hasta el compresor. Para ello, es importante utilizar tuberías resistentes a la corrosión, equipadas con mallas sobre la entrada y diseñadas de manera que no haya riesgo de que entre lluvia o nieve en el compresor. También es importante utilizar tuberías con un diámetro lo suficientemente grande como para que la caída de presión sea lo más baja posible.
El diseño de las tuberías de entrada de los compresores de pistón es especialmente importante. La resonancia de las tuberías por las ondas acústicas estacionarias provocadas por la frecuencia de pulsación cíclica del compresor, puede dañar las tuberías y el compresor, así como causar vibraciones y afectar al entorno por el molesto ruido de baja frecuencia.
Los compresores producen y emiten calor de forma natural durante su funcionamiento. La dispersión del calor hace que la temperatura de la sala de compresores supere el nivel óptimo. Por eso es importante planificar cuidadosamente el diseño de la sala de compresores e implementar estrategias de ventilación adecuadas.
Una ventilación adecuada de la sala de compresores es esencial para la disipación del calor. La cantidad de aire de ventilación necesaria depende del tamaño del compresor y de si está refrigerado por aire o por agua. Los compresores refrigerados por aire liberan casi el 100 % de la energía consumida por el motor eléctrico en forma de calor en el aire de ventilación, mientras que los compresores refrigerados por agua liberan aproximadamente el 10 %.
El calor debe eliminarse para mantener la temperatura de la sala de compresores a un nivel aceptable. El fabricante del compresor debe proporcionarle la información detallada sobre el flujo de ventilación necesario, pero esta cifra también se puede calcular de acuerdo con esta fórmula.
Una mejor manera de abordar el problema de la acumulación de calor es recuperar la energía térmica residual y utilizarla en sus propias instalaciones.
¿Cuál es la mejor temperatura ambiente para el compresor?
La temperatura óptima de una sala de compresores varía en función del compresor específico y de sus requisitos de funcionamiento. Sin embargo, generalmente se recomienda mantener un rango de temperatura de aproximadamente 10-29 °C (50-85 °F) para el funcionamiento ideal de su compresor. Al respetar este rango de temperatura, puede mitigar los riesgos asociados a las temperaturas extremas, garantizando que los componentes del compresor no se congelen ni se sobrecalienten.
En cuanto al aire de ventilación, debe extraerse directamente del exterior, preferiblemente sin utilizar conductos largos. Además, la abertura de admisión debe colocarse lo más baja posible pero lo suficientemente alta para evitar el riesgo de que le caiga lluvia o sea cubierta por nieve durante el invierno,. Tome precauciones para evitar la entrada de polvo, sustancias explosivas y sustancias corrosivas en la sala de compresores.
Los ventiladores deben colocarse en lo alto de una de las paredes del extremo de la sala de compresores, con la entrada de aire en la pared opuesta. Asegúrese de que la velocidad del aire en la abertura de entrada de ventilación no supere los 4 m/s. Los ventiladores con control por termostato son los más adecuados en este caso. Estos ventiladores deben tener un tamaño adecuado para soportar la caída de presión en los conductos o la rejilla de la pared exterior, entre otros.
La cantidad de aire de ventilación debe ser suficiente para limitar el aumento de temperatura en la sala a 7-10 °C. Se debe considerar la posibilidad de utilizar compresores refrigerados por agua cuando conseguir una ventilación suficiente en la sala supone un problema.
Siguiendo estas directrices y teniendo en cuenta los requisitos específicos de la instalación de compresores, podrás garantizar una ubicación y unas condiciones de trabajo óptimas para tu sistema de aire comprimido y maximizar aún más su eficiencia operativa.
A continuación, obtenga más información acerca del proceso de instalación de un sistema de compresores.
Junto con la electricidad, el agua y el gas, el aire comprimido mantiene nuestro mundo en funcionamiento. Puede que no siempre lo veamos, pero el aire comprimido lo tenemos a nuestro alrededor. Debido a la gran variedad de usos (y requisitos) del aire comprimido, hoy en día existen compresores de todos los tipos y tamaños. En esta guía describimos la función de los compresores, las razones por las que los necesita y los tipos de opciones que tiene a su disposición.
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