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¿Cómo está reaccionando la industria a los esfuerzos globales para reducir las emisiones de CO2?

El calentamiento global es una de las principales amenazas a afrontar en este siglo, pero ¿están las industrias adecuadamente alineadas con los objetivos de reducir las emisiones de CO2? Quien responde a esta provocación es el presidente global de Atlas Copco Compressor Technique, Vagner Rego, quien también comparte su visión práctica sobre el tema y sobre el papel de la empresa en este desafiante camino. ¡Te invitamos a seguir leyendo!

 

 
El Acuerdo de París es un tratado global que estableció una serie de objetivos para contener el calentamiento global. Se firmó en 2016, pero el debate sobre la reducción de las emisiones de CO2 se ha intensificado recientemente.
 
Desde entonces, ¿qué ha cambiado?

Entrevista Vagner Rego

 

En los últimos dos años ha habido una aceleración generalizada, debido a la pandemia de covid-19, que llevó a los mercados a prestar mucha más atención al tema. Además, ahora las grandes instituciones financieras y fondos de pensiones, que también son accionistas de varias empresas, han comenzado a exigir la alineación con el Acuerdo de París. Esto aumentó la presión y estas empresas comenzaron a buscar alternativas.

 

Para adaptarse, es necesario hacer un cálculo científico de la cantidad de carbono que se emite: un cálculo estandarizado reconocido por el mercado, los llamados “objetivos basados ​​en la ciencia”, en los que Atlas Copco Group también se basó para guiar sus estrategias.

 

¿Y cuándo inició Atlas Copco este proceso? ¿Cómo va este movimiento dentro de la empresa?

Hemos estado midiendo la reducción de carbono con objetivos concretos desde 2018. Empezamos centrándonos en nuestras propias emisiones, es decir, las que gastamos para producir nuestros equipos y mantener toda la operación. Logramos reducirlos en un 28% en términos relativos, lo que ya era una gran mejora, y ahora queremos llegar al 42% en términos absolutos.

 

Pero cuando consideramos toda la cadena de valor de Atlas Copco, más del 90 % de nuestras emisiones de carbono se producen durante el uso de nuestros equipos. Son productos industriales que funcionan las 24 horas del día, y eso hace que el impacto sea mucho más relevante si comparamos estas máquinas con otro tipo de productos, como un coche, que en muchas situaciones sólo funciona unas horas al día. Por lo tanto, el objetivo de reducir al máximo las emisiones de CO2 de nuestras soluciones está en el centro de nuestra estrategia empresarial en este momento. Esto significa que al comprar nuestro equipo, nuestros clientes también tendrán ventajas para lograr sus respectivos objetivos. Y la gama de productos que tenemos para ayudar a las empresas es muy amplia.

 

¿Los clientes también están conectados con estos objetivos? ¿Cómo ha reaccionado el mercado a la presión por cambios más significativos, especialmente en Brasil?

Realizamos proyectos de reducción de la huella de carbono en todo el mundo y Brasil está lleno de empresas que tienen los mismos objetivos. Cuando escucho a los ejecutivos hacer presentaciones veo que todos están comprometidos, especialmente los grandes exportadores, ya que es muy difícil competir con los grandes sin estar alineados con estos conceptos: es una cuestión de supervivencia.

 

Algunas empresas más pequeñas, en cambio, tendrán un poco más de dificultad para invertir, pero esto no es sólo en Brasil, es una realidad en todos los países. En estos casos, los gobiernos ofrecen subsidios para permitir la aceleración.

 

Además de los incentivos fiscales, ¿existen otras maneras de facilitar la adherencia?

En general, las empresas toman la mayoría de sus decisiones de compra basándose en el payback (retorno de la inversión). Entonces, cuando se ofrece un beneficio operativo que reducirá los costos además de las emisiones de carbono, la adopción es mucho más rápida, incluso si la tecnología es más avanzada y requiere una mayor inversión. Y aquí tenemos una ventaja, ya que la reducción del consumo de energía y los costes operativos ha sido el objetivo de Atlas Copco durante más de 30 años.

 

El incentivo fiscal en sí mismo también puede ser un acelerador de la recuperación. En Alemania, por ejemplo, la BAFA (Oficina Federal de Asuntos Económicos y Control de Exportaciones) ofrece subsidios para la compra de equipos de alta eficiencia, por lo que la recuperación de la inversión es mucho más rápida porque el costo es mucho menor.

 

¿Se están estudiando otras tendencias que también podrían afectar este cálculo de recuperación de la inversión?

Otro factor que puede acelerar la adopción de tecnologías sostenibles es el aumento progresivo de los costes energéticos, que acaba acelerando aún más la recuperación de la inversión y animando a las empresas a mejorar sus parques de fabricación. Es poco probable que este coste energético baje, ya que a partir de ahora todo el mundo tendrá que avanzar hacia las energías renovables y, al principio, suelen ser más caras.

 

Otra tendencia aún en discusión en varios países es el impuesto al carbono, que sería proporcional a las emisiones de CO2 provenientes de actividades contaminantes y productos de consumo. Si el modelo avanza, también se incluirá en el cálculo del payback de los equipos “descarbonizados”.

 

¿Cómo ves el papel de Atlas Copco en este viaje de transformación?

Como vendemos soluciones industriales muy críticas para cualquier proceso productivo, estamos muy implicados en toda la cadena de esta transformación energética, de diversas formas. Y esto va más allá de fabricar soluciones más eficientes energéticamente: debemos ofrecer las condiciones para que nuestros clientes también puedan ofrecer innovaciones sostenibles al mercado.

 

La fabricación de paneles solares, por ejemplo, utiliza aire comprimido que ayudamos a generar. Para acelerar la producción de coches eléctricos, ofrecemos herramientas de montaje con un rendimiento único.

 

Otro aspecto es la generación de gases industriales, como el nitrógeno, para incentivar la adopción de energías renovables. Es necesario transportar nitrógeno en cilindros, lo que aumenta las emisiones de carbono. Por eso, desarrollamos tecnologías de generación in situ que eliminan este inconveniente logístico y también reducen el costo por metro cúbico en alrededor de un 90%.

 

Hemos pasado los últimos años estudiando y preparándonos para catalizar esta transición: Suecia está tratando de adoptar una posición de liderazgo en la cuestión del cambio climático. Y como empresa sueca, siempre hemos tenido objetivos relacionados con la sostenibilidad.

 

Actuamos cada vez más como socios estratégicos de nuestros clientes y cada día mostramos nuevas formas de ayudarlos. ¡Nuestro equipo de Investigación y Desarrollo no deja de trabajar para que esto suceda!