23 de octubre de 2024
Hay tuberías de aire comprimido fabricadas en diferentes materiales para transportar el aire comprimido a los puntos de uso. Para elegir la más adecuada, es necesario llevar a cabo una evaluación y conocer sus características. En la actualidad, los instaladores disponen de cinco tipos de tuberías:
El acero galvanizado es quizás el material más utilizado para transportar aire comprimido. Es un material bien conocido por los técnicos de montaje. El revestimiento galvanizado prolonga la vida útil de la tubería y la protege del óxido.
No obstante, el uso de este tipo de tubería presenta algunas desventajas, entre las que se encuentran las siguientes:
- Tienen un coeficiente de fricción más alto que cualquier otro material, lo que aumenta la caída de presión en la red.
- Son propensas a la corrosión. La galvanización se deteriora con el tiempo y las escamas causan bloqueos que pueden provocar accidentes.
- De su manejo deben encargarse instaladores cualificados, ya que requiere conocimientos de corte, roscado y uso de maquinaria. Si es necesario soldar, debe hacerlo un soldador experimentado.
- Son difíciles de manejar; y las uniones roscadas o soldadas son propensas a averiarse. Al tratarse de un material pesado, requiere una mayor resistencia de los elementos de suspensión y fijación.
La principal ventaja del acero inoxidable es que no existe peligro de corrosión ni degradación, ni en el interior ni en el exterior.
En ciertos sectores existen disposiciones estrictas para este tipo de tuberías. Es el caso de la industria farmacéutica, hospitales, laboratorios de investigación, salas blancas e instalaciones sanitarias, donde el tipo de tubo recomendado es de acero inoxidable SS304L o SS316L. Además, la NFPA (Asociación Nacional de Protección contra el Fuego de EE. UU.) ha autorizado el uso de acero inoxidable para aplicaciones de vacío en instalaciones sanitarias.
El aluminio es anticorrosivo, ligero y fácil de manejar. Otras ventajas de esta tubería son:
- Las pérdidas de presión se reducen porque su interior es liso y resistente a la corrosión, superando hasta ahora el tubo de aire galvanizado en términos de eficiencia y durabilidad. Por este motivo, el costo de propiedad es inferior al de otros materiales.
- El sistema de tubos se puede reconfigurar fácilmente si las instalaciones aumentan de tamaño o necesitan reubicarse.
Este metal es resistente a la corrosión. Es ligero y tiene una amplia gama de accesorios disponibles, aunque se utiliza con frecuencia en fontanería.
Desventajas:
- Tanto los sistemas de compresión como los de soldadura en cobre requieren más tiempo y coste de instalación que los sistemas de aluminio.
- Tiene un coeficiente de expansión que casi duplica el del aluminio, por lo que en instalaciones grandes se necesita más material para resolver este problema.
Las tuberías de aire de cobre para aire comprimido se utilizan principalmente para labores médicas gracias a sus propiedades inhibidoras de microorganismos y en diámetros pequeños por sus costes de montaje.
Las tuberías de aire de plástico son baratas, resistentes a la corrosión y fáciles de instalar. Sin embargo, existen algunas contraindicaciones para su uso en la distribución de aire comprimido:
- No todas las tuberías de plástico son aptas para la distribución de aire comprimido. El uso de tubos de PVC en cualquier aplicación de aire comprimido es extremadamente peligroso y no está recomendado por múltiples asociaciones y fabricantes.
- Cuando el aire se comprime dentro de una tubería de PVC, la tubería puede hincharse y explotar a alta presión, con la consiguiente expulsión incontrolada de residuos de PVC.
- Este tipo de tuberías también se deteriora con el tiempo y se vuelve quebradiza, lo que incrementa las posibilidades de que sufra fugas o explosiones con el paso del tiempo.
- Su uso puede suponer una infracción reconocida por la OSHA (Administración de Seguridad y Salud Ocupacional de EE. UU.), tanto para el transporte de aire comprimido como de gases.
Las tuberías y accesorios de poliamida están diseñadas para su utilización en aplicaciones de aire comprimido, especialmente en equipos de baja potencia (principalmente menores a 15 kW), y en sistemas de distribución pequeños y medianos, incluyendo los puntos de uso.
A la hora de diseñar un sistema de distribución de aire comprimido duradero, cada vez son más las compañías que optan por la instalación de tuberías de aluminio para sus sistemas de distribución de aire comprimido, gracias a su solidez estructural, su ligereza y su elevada resistencia a la corrosión. Aunque el costo inicial del material es mayor que el de las tuberías de galvanizado, el ahorro en mano de obra de instalación compensa con creces la diferencia en el coste del material.
Se recomienda usar tuberías de acero inoxidable en aquellas plantas que empleen compresores exentos de aceite para evitar problemas de corrosión y la consiguiente contaminación aguas abajo. En el pasado, las soldaduras de acero inoxidable eran costosas y requerían mucho tiempo. Hoy en día, por el contrario, hay sistemas de aire comprimido de acero inoxidable que pueden reducir los costes de montaje a una fracción de lo que eran antes.
Para sacar el máximo partido de sus tuberías de aire comprimido, es importante seguir las instrucciones y recomendaciones del fabricante sobre cómo instalar el sistema. Cumpla todas las especificaciones y limitaciones de presión y temperatura indicadas.