Siga las instrucciones a continuación para determinar qué pasos son necesarios para hacer que sus cinceles recuperen un óptimo rendimiento.
Para mantener al máximo la productividad es importante afilar los cinceles cuando la punta se desgasta. No siempre es necesario endurecer el cincel cada vez que se afila.
Comprobación del estado de su cincel
- Si la punta de cincel está ligeramente desgastada, solo tiene que afilarla. En este caso no es necesario recurrir a un tratamiento térmico. Si el cincel está muy desgastado puede ser necesario remodelarlo antes de afilarlo.
- Si el cincel está endurecido uniformemente y la remodelación se hace con cuidado, sin transmitir un calor excesivo al cincel, no es necesario endurecerlo posteriormente.
- Si el cincel está endurecido solo en su vaina externa es probable que al remodelarlo el núcleo no endurecido quede al descubierto. Por eso es importante endurecer el cincel tras la remodelación.
- Si el cincel está gravemente dañado puede ser mejor reforjarlo en lugar de remodelarlo. El endurecimiento es siempre necesario después de la reforja, ya que el calor del proceso eliminará el endurecimiento. Es recomendable afilar el cincel después del endurecimiento: ¡un cincel afilado aumentará la productividad!
Tratamiento de calor para los cinceles
El forjado y otros procesos deben realizarse siempre de acuerdo con las instrucciones siguientes. Cuando reforje cinceles desgastados y cuando forje un cincel a la forma deseada, tenga cuidado de limitar el tratamiento térmico a una parte del cincel lo más pequeña posible, para evitar una pérdida innecesaria de fuerza.
Forjado
- Caliente el cincel lentamente hasta la temperatura especificada.
- La forja definitiva debe llevarse a cabo en el límite de temperatura inferior.
- Deje enfriar el cincel en carbón de leña seco (carbonilla).
Endurecido
- No endurezca el cincel directamente desde el calor de la forja.
- Caliéntelo lentamente desde una temperatura baja hasta 800 °C. Cuanto más lento sea el proceso de calentamiento, mejor será el endurecimiento del cincel.
- Enfríe el cincel en aceite.
Templado
- Temple el cincel durante una hora a la temperatura especificada.
- Después del endurecimiento y el temple, el cincel tendrá una dureza de 55 a 58 HRC.
Un tratamiento térmico en el que no se sigan las pautas prescritas puede llevar a que la punta del cincel se vuelva quebradiza y se melle o agriete con facilidad. Un tratamiento térmico incorrecto puede también reducir la dureza de cincel, lo que aceleraría el desgaste o la deformación de la punta de cincel.
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