28 de enero de 2022
Diferentes soluciones, un mismo equipo
Para cada equipo de aire comprimido y su instalación, se debe abordar de diferente forma el problema de la capacidad de enfriamiento suficiente y confiable para el equipo. El enfriamiento puede tener lugar por medio del aire ambiente o un sistema de agua de enfriamiento que utiliza agua municipal, agua corriente o agua de proceso, en un sistema abierto o cerrado.
Te presentamos un caso ilustrativo
Una planta central de compresores en una gran industria que consume 500 kW durante 8.000 horas de funcionamiento al año representa un consumo enrgético anual de 4 millones de kWh. Las posibilidades de recuperar cantidades sustanciales de calor residual mediante aire o agua calientes son reales. Hasta el 94% de la energía suministrada al compresor se puede recuperar, por ejemplo, como agua caliente a 90 ° C en compresores de tornillo sin aceite. La importancia radica en lo que puedes hacer conociendo esta información y es que las medidas de ahorro te pueden proporcionar rápidamente una rentabilidad sustancial.
La práctica y el ROI
La recuperación de energía debe ser una práctica básica para el momento de instalar tus compresores. La mayoría de los compresores medianos y grandes de los principales fabricantes están ahora adaptados para su instalación con equipos estándar para la recuperación del calor residual. Por otro lado, el retorno de la inversión para la recuperación de energía suele ser de tan solo 1 a 3 años. Además, la energía recuperada mediante un sistema de enfriamiento cerrado mejora las condiciones de funcionamiento del compresor, así como la fiabilidad y la vida útil gracias a un nivel de temperatura equilibrado y una alta calidad del agua de enfriamiento, por nombrar sólo algunas ventajas.
Mediante los métodos de enfriamiento una recuperación factible es posible
Los métodos de recuperación de energía para compresores con enfriamiento por aire incluyen el calentamiento directo de edificios y el intercambio de calor a una batería de precalentamiento. En el calentamiento directo, el aire de enfriamiento del compresor es calentado y luego se distribuye mediante un ventilador.
Cuando los edificios no requieren calor adicional, el aire caliente se evacua a la atmósfera, ya sea automáticamente con un termostato o manualmente mediante el control de un regulador de aire.
Un factor limitante para este tipo de uso es la distancia que debe calentarse entre los compresores y el edificio. Además, la posibilidad de recuperación de energía puede limitarse a los meses más fríos del año.
La recuperación de energía del aire es más común para compresores pequeños y medianos. La recuperación del calor residual de los sistemas de enfriamiento por aire del compresor da como resultado solo pequeñas pérdidas en la distribución y requiere poca inversión.
El agua de enfriamiento de un compresor refrigerado por agua se puede usar para complementar un sistema de calentamiento de agua, incluso con temperaturas de salida de agua tan bajas como 32 °C.
Si el agua caliente se usa para lavado, limpieza o duchas, aún se puede requerir una caldera de agua caliente de carga base normal para producir una temperatura de agua más alta.
Pero la energía recuperada del sistema de aire comprimido forma una fuente de calor suplementaria que reduce la carga en la caldera, ahorra combustible de calefacción y podría resultar en el uso de una caldera más pequeña.
La recuperación de energía residual del agua de desecho es la más adecuada para compresores con motor eléctrico de más de 15 hp. Puede requerir una instalación más compleja en comparación con la recuperación de energía residual de equipos enfriados por aire y conlleva equipos básicos adicionales como bombas, intercambiadores de calor y válvulas de regulación.
Los sistemas de recuperación de calor son la solución inteligente para reducir el consumo de energía en plantas que requieren agua caliente o calefacción.
