Las soplantes centrífugas ZB VSD suministran aire a alta presión a depósitos de sedimentación de gran profundidad
Si se pudiera ver a 8,5 m de profundidad en los turbios depósitos de tratamiento biológico, se distinguirían tres soplantes centrífugas ZB 130 VSD y dos compresores de tornillo más antiguos de una etapa que introducen aire comprimido y dirigen el proceso de limpieza biológica del contenido del depósito.
Un proceso energético muy exigente
Pero se trata de un proceso energético muy exigente, especialmente porque los depósitos tienen el doble de profundidad de lo normal. Cada año, en la planta se trata una media de entre 6,5 y 7 millones de m3 de aguas residuales, un proceso que representa el 40 % del consumo energético de toda la planta.
Una inversión en eficiencia energética y facilidad de mantenimiento
Anteriormente, el aire comprimido necesario para el proceso biológico se suministraba mediante cinco compresores de tornillo de una etapa. Dado que estos compresores antiguos necesitaban una reparación completa, con los costes considerables que esto suponía, la empresa comenzó a buscar una nueva solución más eficiente. Las soplantes centrífugas con rodamientos magnéticos destacaron como la mejor opción ya que, para la excepcional profundidad de los depósitos, se requiere una presión comparativamente alta. "Con las soplantes centrífugas pudimos producir presiones más altas que las que conseguíamos anteriormente con los compresores de tornillo", explica Schweinforth. "Nos decidimos a comprar las nuevas soplantes porque son más fáciles de mantener y más eficientes desde el punto de vista energético", afirma Karl-Heinz Schröder, Director de la planta.
Con las soplantes centrífugas de Atlas Copco, estamos ahorrando unos 15 000 € por año en costes de mantenimiento, energía y recursos en comparación con los compresores de tornillo.
Aire comprimido exento de aceite ajustado a la demanda
Las tres soplantes centrífugas de velocidad regulada generan entre 2500 y 7500 Nm³ de aire comprimido exento de aceite por hora, en función del volumen de aguas residuales y la carga de contaminación. El sistema de control maestro ES 130 de Atlas Copco se encarga de regular esta interacción. El sistema de control del proceso determina la demanda de aire necesaria a partir del contenido de oxígeno en los depósitos. "Por el momento, seguimos usando un regulador de presión constante", explica Schröder. "Nuestro próximo objetivo es optimizar este proceso de regulación e integrar un regulador de presión variable. Hasta ahora, hemos desperdiciado mucha energía ya que trabajábamos con válvulas de compuerta cerrada a una presión constante de 1020 milibares. Con el regulador de presión variable instalado, las ocho válvulas de compuerta estarán conectadas y la presión se podrá ajustar de acuerdo con la demanda, lo que nos permitirá reducir la presión utilizada.