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Los riesgos del transporte neumático

Es fácil ver por qué el transporte neumático se ha convertido rápidamente en una solución tan popular para transportar mercancías a granel en distancias relativamente cortas. Cuando se hace bien, es un método muy eficaz, eficiente, flexible y fiable para mover una amplia gama de materiales dentro de una planta de producción o hacia y desde los vehículos. 

Sin embargo, como casi todos los procesos de producción, conlleva algunos riesgos, especialmente si se utiliza un equipo deficiente y no se toman las precauciones de seguridad adecuadas.

En el caso del transporte neumático, el principal peligro es el polvo. 

Tipos de polvo

Union Cement company at Ras Al Khaimah

Hay dos tipos de polvo que representan un posible riesgo:

  • El polvo explosivo se genera cuando se transportan ciertos materiales
  • El polvo está presente en ambientes muy polvorientos. Esto no solo incluye la concentración de polvo en el aire, sino también el polvo que se ha acumulado en el equipo u otras superficies. 

En primer lugar, es importante señalar que no todos los tipos de polvo son problemáticos. Para que sea peligroso, el polvo debe ser capaz de incendiarse y explotar cuando se mezcla con el oxígeno del aire.

¿Qué es el polvo explosivo?

Como regla general (aunque hay excepciones que veremos más adelante), este polvo explosivo es un subproducto de los procesos industriales, como el transporte neumático, que implican materiales combustibles.

Desafortunadamente, hay más materiales combustibles de los que uno podría imaginar. Por ejemplo, el polvo generado al manipular muchos alimentos y otras sustancias orgánicas, como el azúcar, la harina, el grano o la madera, es combustible.

Además, muchos productos químicos y metales –e incluso algunos materiales inorgánicos no metálicos– pueden ser fuentes de polvo explosivo, que es prácticamente invisible para el ojo humano. Esto significa que algunos materiales que no suelen considerarse "combustibles" en piezas grandes (como hierro o aluminio) pueden quemarse o explotar si están presentes en la concentración correcta y si el polvo es lo suficientemente fino.

En consecuencia, cualquier lugar de trabajo en el que se cree o pueda acumularse polvo entraña un posible peligro y debe evaluarse el riesgo que supone. Porque el polvo explosivo no debe tomarse a la ligera.

El pentágono de la explosión de polvo

Sin embargo, para que tenga un efecto devastador, deben cumplirse múltiples condiciones. Esto también se conoce como el pentágono de la explosión de polvo.

Cualquier incendio necesita tres elementos para arder: combustible, oxígeno y una fuente de ignición. Para que se produzca la combustión, también es necesario que la concentración adecuada de polvo esté dispersa (es decir, que esté presente en el aire) y que la nube de polvo resultante esté confinada en un espacio cerrado o limitado. Deben cumplirse todas estas cinco condiciones. Esto significa, por ejemplo, que una explosión de polvo no es posible en un entorno al aire libre o si no hay oxígeno o chispa.

El pentágono de la explosión de polvo también ilustra por qué algunos sistemas de transporte neumático suponen un riesgo. Se utilizan para transportar muchos de los materiales mencionados, son espacios cerrados (red de tuberías, silos, etc.), y el polvo puede dispersarse. 

Los peligros de trabajar en un entorno polvoriento

Pero no solo el polvo de un sistema de transporte neumático representa un potencial riesgo. También existen peligros inherentes al trabajo en un entorno polvoriento, es decir, si el entorno en el que funciona el sistema es en sí mismo muy polvoriento.

En ese caso, los cinco elementos del pentágono de explosión de polvo pueden estar presentes fuera del sistema de transporte neumático. Y, si se elige el equipo incorrecto, el propio sistema podría proporcionar la chispa que conduzca a una explosión. 

Cómo evitar una explosión

Por suerte, los riesgos de ambos escenarios pueden mitigarse con las tecnologías y salvaguardas adecuadas. Básicamente, lo único que tiene que ocurrir es que uno de los elementos del pentagrama de la explosión de polvo quede fuera de la ecuación

Es importante comprender los riesgos y poder contar con la tecnología adecuada. Y aquí es donde entran en juego las directivas ATEX de la Unión Europea. En ellas se especifican los requisitos para los lugares de trabajo y los equipos en un entorno explosivo. 

Como primer paso, debe buscar cuáles son las zonas ATEX pertinentes definidas para su lugar de trabajo. Con esta información, puede ponerse en contacto con un proveedor de equipos que pueda ayudarle a conseguir el equipo certificado que necesita. Es muy importante tener en cuenta que no existe una solución única para mitigar el riesgo de una explosión. Por ello, una empresa de fabricación de equipos tiene que estudiar su caso concreto para elaborar una solución personalizada que se adapte a las necesidades de su proceso.