En la producción de vino, cada gota cuenta
La elaboración del vino es un arte delicado que se basa en procesos estandarizados para lograr el sabor, el aroma y la calidad deseados. Sin embargo, a lo largo del proceso de producción, los vinicultores se enfrentan a una serie de retos que pueden provocar pérdidas en los procesos. Desafortunadamente, estas pérdidas pueden afectar tanto a la cantidad como a la calidad del vino. Afortunadamente, con las estrategias correctas y las herramientas adecuadas, hoy en día podemos minimizar estas pérdidas y optimizar la eficiencia de la producción.
Razones detrás de las pérdidas de proceso durante la vinificación
En primer lugar, ¿qué es la pérdida de procesos?
Es la pérdida de vino o de sus componentes durante las etapas de producción. Esto puede suceder por muchas razones diferentes:
- Los posos y sedimentos, compuestos por células de levadura, sólidos de uva y otras partículas, se asientan en el fondo de los depósitos de fermentación durante el proceso de envejecimiento, lo que provoca la pérdida de vino durante el trasiego y la filtración.
- La exposición al oxígeno y la evaporación durante el almacenamiento, la transferencia y la manipulación pueden provocar la pérdida de compuestos volátiles, alterando el aroma y el perfil del sabor del vino.
- Las técnicas de filtración inadecuadas pueden provocar la pérdida de vino, ya que las partículas y las impurezas se eliminan del vino para lograr claridad y estabilidad.
¿Por qué es importante minimizar la pérdida de procesos en la producción de vino
5 pasos para reducir la pérdida de procesos para los vinicultores
- Invierta en equipos de calidad. Este es el primer paso para lograr resultados óptimos. Los sistemas de filtración de alta calidad son esenciales para la eliminación eficaz de impurezas sin sacrificar el volumen o la cantidad de vino.
- Optimice sus técnicas de filtración. Cada vino es diferente y puede que deba cumplir requisitos específicos que se pueden lograr con técnicas a medida en su negocio. Esto incluye la selección del medio filtrante adecuado para sus necesidades, el ajuste de los caudales y la supervisión de los niveles de presión.
- Gestione los posos y sedimentos. Emplear técnicas como la estabilización en frío, los agentes de refinado y la centrifugación para facilitar la sedimentación de los posos y sedimentos antes de la filtración. Esto reduce el volumen de vino perdido durante las estanterías y minimiza el riesgo de obstrucción de los filtros durante el proceso de clarificación.
- Control de la exposición al oxígeno. Al manipular el vino durante la transferencia y el almacenamiento, cuanto menor sea la exposición al oxígeno, mejor será para su producto. Esto se puede lograr con el uso de gases inertes (nitrógeno, argón) para purgar depósitos y tuberías. El sellado hermético y las técnicas de inertización de gas también le ayudarán a conservar la frescura y minimizar la oxidación.
- Supervise sus procesos. Este es un paso tan importante como todo lo anterior, pero el que tendemos a olvidar más. Puede que haya establecido las mejores prácticas o las técnicas más eficaces para su negocio, pero esto no significa que no necesite comprobar y analizar cómo van estos procesos a lo largo del tiempo. Debe monitorizar regularmente parámetros clave como la temperatura, el pH, los niveles de oxígeno disuelto, etc., para identificar posibles áreas de mejora. Recopile y analice datos si desea tomar medidas correctivas de forma proactiva.
En Atlas Copco entendemos la importancia de su proceso. Nuestros filtros de proceso pueden satisfacer las necesidades únicas de su empresa y nuestros expertos pueden ayudarle a tomar la decisión correcta. Póngase en contacto con nosotros hoy mismo para hablar sobre cómo puede optimizar su proceso.