El único inconveniente es que el lecho rocoso es muy duro, lo que requiere una perforación significativa en los cimientos establecidos. La solución fue llamar a Brødrene Myhre, un contratista de perforación establecido en 1976 y que hoy es uno de los mayores de Noruega, con unos 30 expertos en perforación. Cuando la empresa fue nombrada subcontratista de perforación para el proyecto inmobiliario Langenga, optó por un potente compresor eléctrico de Atlas Copco. Atlas Copco lleva mucho tiempo siendo uno de los proveedores de la compañía y para este proyecto se consideró que el compresor E-Air más grande, el V1100, era el más adecuado, tanto en términos de caudal de aire como en términos de emisión de ruido mínima.
Mucha potencia por el precio
El director general de Brødrene Myhre es Håkon Myhre, hijo del fundador y conocido por su competencia técnica. Como era de esperar, Myhre prestó mucha atención cuando escuchó hablar de la funcionalidad VSD (accionamiento de velocidad variable) del compresor E-Air V1100 de Atlas Copco. Valoró que el cambio a un compresor eléctrico supondría una reducción de los costes operativos y de la huella medioambiental, lo que supone una auténtica ventaja para la empresa. La incorporación del E-Air V1100 a la flota también abre nuevas oportunidades para todo tipo de proyectos de construcción, especialmente en un país con algunas de las normativas medioambientales más estrictas del mundo.
“Queremos formar parte del cambio hacia productos más sostenibles y, al mismo tiempo, el E-Air proporciona mucha potencia neumática para el dinero”, afirma Håkon Myhre. “Dado que el E-Air V1100 está regulado por frecuencia, es más silencioso que los compresores normales. En este momento, tenemos dificultades para acceder a la red eléctrica de las instalaciones en las que trabajamos. Para superar este obstáculo, estamos investigando nuevas formas de dar soporte y cargar los compresores eléctricos: el sistema de almacenamiento de energía ZenergiZe de Atlas Copco es una opción interesante”.